Desde que ha llegado la pandemia del coronavirus COVID-19 a nuestras latitudes, en muy pocos días y de modo muy acelerado, estamos aprendiendo lecciones muy importantes a varios niveles: personal, empresarial, social y global, que tienen mucho que ver con el proceso de la vigilancia y la inteligencia.
Detallamos de modo muy esquemático:
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Desde un punto de vista personal
Estamos leyendo ávidamente todo tipo de técnicas sobre higiene porque hemos tomado conciencia de que cada uno de nosotros podemos infectarnos y convertirnos en un eslabón más de la pandemia. Si no tenemos cuidado podemos convertirnos en una carga para la sociedad.
Nuestro reto particular es no formar parte de la cadena de propagación del virus.
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Desde un punto de vista empresarial
Estamos practicando y aprendiendo intensamente cómo hacer el mejor uso de las TICs en un escenario de teletrabajo, especialmente las teleconferencias y las herramientas de formación online.
Digitalizarnos más y mejorar nuestros procesos online es nuestro reto como empresa.
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Desde un punto de vista social
Sabemos que tenemos un excelente sistema público de salud pero también hemos tomado conciencia de que hay un riesgo cierto de que colapse. Para evitarlo, estamos aprendiendo rápidamente cuáles son las medidas sociales más adecuadas para aplanar la curva de expansión del virus.
Proteger nuestro sistema de salud es nuestro reto como sociedad.
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Desde un punto de vista global
La pandemia nos une a todos los seres humanos del planeta. Estamos viendo claramente lo vulnerable que es nuestra especie y todo el tiempo que necesitamos para responder.
Debemos aprender a colaborar más y coordinar todos esfuerzos de investigación para generar rápidamente una vacuna eficaz, ése es nuestro reto global.
Esta pandemia nos está exigiendo ser excelentes en los procesos de vigilancia e inteligencia y nos sirve de ejemplo para resaltar la importancia de hacer una buena reflexión al principio.
En todos los niveles indicados, el primer esfuerzo ha consistido en detectar el punto más débil, para reforzarlo.
Gracias a esta reflexión y consenso inicial hay esfuerzos coordinados de vigilancia, que están permitiendo identificar las claves de mejora en todos los niveles y aprender rápido.
Es decir, estamos aprendiendo y avanzando rápido porque HEMOS SABIDO ENFOCAR AL PRINCIPIO
¿Qué lecciones podemos extraer de este caso?
Al implantar un sistema de vigilancia e inteligencia, hay un cierto riesgo de perderse en los detalles de cómo vamos a vigilar algo y olvidar el por qué vigilamos.
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Es fundamental reflexionar y pensar estratégicamente
- Cuáles son las razones últimas por las que vigilamos?
- Si trabajamos en un proyecto con otros socios o para un grupo indeterminado, debemos hacer un esfuerzo extra para identificar a nuestros verdaderos clientes y averiguar qué les preocupa o qué quieren lograr.
- Qué tipo de resultados esperan de nosotros? qué deberíamos producir?
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Esta reflexión se debe realizar antes de empezar a captar información y no después.
- Sólo podremos evaluar la importancia de cualquier información y explotarla adecuadamente cuando tengamos bien definidos los retos que queremos superar.
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La falta de enfoque lleva a tres escenarios
- el atasco del sistema, porque todo vale.
- la falta de resultados relevantes, porque no está definido el problema.
- una corta vida del sistema, porque nadie valora el trabajo realizado ni por qué se hace.